‘Brothers in Arms’, de Dire Straits, cumple 40 años

El quinto disco de la banda de Mark Knopfler fue el primero en vender un millón de copias en el entonces novedoso formato CD.

‘Brothers in Arms’ protagonizó un fenómeno comercial masivo y se convirtió en emblema del ‘stadium rock’ de los 80.

“Fue una casualidad total. Si no hubiera sido ese álbum, habría sido otro”, dijo Mark Knopfler sobre uno de los discos más emblemáticos de los 80, ‘Brothers in Arms’, como tratando de relativizar los méritos de una de esas escasas obras que tienen el don de aparecer en el momento y el lugar adecuado para encapsular en sí mismas el espíritu de su tiempo.

El álbum que catapultó al estrellato global a Dire Straits no solo se convirtió en un fenómeno comercial a la altura del ‘Thriller’ de Michael Jackson o el ‘Born in the USA’ de Bruce Springsteen, sino que marcó un antes y un después en la industria discográfica.

Gracias a esta obra el entonces incipiente Compact Disc terminaría convirtiéndose en el formato dominante. Ese es el nivel de impacto cultural de un disco que cumple 40 años durante los cuales ha sido glorificado y despreciado a partes iguales.

En 1985 Dire Straits estaban en auge pero aún no eran realmente masivos. O al menos no tanto como estaban a punto de serlo. El sonido fresco de pub-rock de sus primeros discos se había ido abigarrando progresivamente con el vaivén de músicos que entraban y salían de la banda. De hecho, solo Knopfler, líder supremo del combo, y el bajista John Ilsley sobrevivían de la alineación inicial.

La metamorfosis era patente comparando la finura de la versión original de 1978 de su clásico ‘Sultans of Swing’ con la épica desatada de la del doble directo ‘Alchemy’ de 1984. Lo que no cambiaba era el protagonismo de la guitarra mágica de Knopfler, que era capaz de pintar con sus dedos pasajes de una emoción y belleza indescriptibles.

Aunque Knopfler siempre se llevó mal con la fama, la perspectiva que ofrece el paso del tiempo parece dejar claro que él también se sentía preparado para alcanzar a las grandes audiencias. Porque ‘Brothers in Arms’ era el disco perfecto para conquistar el mundo. Con una cara A que era una sucesión casi perfecta de hits para la radio y una segunda mitad más reflexiva. Aunándolo todo estaba su espectacular diseño de sonido, una obra de ingeniería musical sin parangón que convirtió al álbum en un emblema de la transición tecnológica en la industria.

El quinto disco de estudio de Dire Straits fue una de las primeras obras en grabarse completamente en formato digital y también en lanzarse en el nuevo formato que empezaban a comercializar Sony y Philips. La producción a cargo de Knopfler y de Neil Dorfsman, limpia, sofisticada y panorámica, estaba pensada para ofrecer una experiencia auditiva en alta fidelidad.

‘Brothers in Arms’ era el disco que ponías en el reproductor de CD para demostrar a tus amigos lo anticuado que se había quedado el analógico disco de vinilo.

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