Qué es el torio? El torio es un metal plateado ligeramente radiactivo que puede encontrarse en las rocas ígneas y en algunos tipos de arena.

Su nombre proviene de “Thor”, el dios del trueno en la mitología nórdica.
Si bien es de tres a cuatro veces más abundante en la naturaleza que el uranio, no se ha empleado con mucha frecuencia para generar electricidad, en parte porque no es un combustible nuclear por sí solo.
Para producir energía, el isótopo torio 232 debe irradiarse con neutrones a alta velocidad. Así, sufre una serie de reacciones y produce uranio 233, un material que puede emplearse en los reactores nucleares para generar electricidad mediante una reacción en cadena denominada fisión.
¿Cuáles son las ventajas del torio?
El torio ofrece varias ventajas en comparación con el combustible nuclear convencional, el uranio 235. En primer lugar, el torio puede generar más material fisible (uranio 233) del que consume en un reactor nuclear.
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En segundo lugar, los expertos calculan que en la corteza superior de la Tierra hay unas 10,5 partes por millón (ppm) de torio, mientras que solo unas 3 ppm de uranio.
“Dada su abundancia y su capacidad para generar material fisible, el torio podría ofrecer una solución a largo plazo para las necesidades energéticas de la humanidad”, explica Kailash Agarwal, Especialista en Instalaciones del Ciclo del Combustible Nuclear del OIEA.
En tercer lugar, los reactores que emplean torio podrían tener menos repercusiones para el medio ambiente que los que emplean únicamente uranio. De hecho, producirían desechos radiactivos de menor duración y, al igual que todos los reactores de energía nucleoeléctrica, no emitirían gases de efecto invernadero durante su operación.
“Muchos países consideran que el torio es una opción viable y muy atractiva para generar electricidad y satisfacer unas necesidades energéticas que van en aumento —dice el Sr. Agarwal, uno de los autores del informe—.
Nuestro proyecto de investigación contribuyó a que se difundieran experiencias y conocimientos valiosos entre las instituciones de investigación y los laboratorios nacionales sobre el uso del torio, que se plasmaron en esta publicación”. —dice el Sr. Agarwal, uno de los autores del informe—.