Es uno de los juegos más influyentes de la historia y se convirtió en un objeto de culto: la mente de creador del “cubo mágico”

Nacido el 13 de julio de 1944, Erno Rubik diseñó un rompecabezas para enseñar a sus alumnos geometría. Lo llamó “cubo mágico”. Sin saberlo, había creado un juego con más de 43 trillones de combinaciones y una sola solución

El Rubik —o Cubo Mágico— es un rompecabezas tan sencillo como desconcertante que, apenas fue concebido en 1974, se convirtió en un ícono de la cultura pop, de la matemática y del ingenio humano. Su objetivo original era funcionar como una herramienta didáctica para ayudar a los estudiantes a comprender conceptos espaciales tridimensionales. Sin embargo, Rubik pronto advirtió su potencial como rompecabezas.

“Si pierdes la curiosidad es una tragedia. En mi opinión, es el fin de tu vida. La curiosidad por lo que sucederá mañana es lo que necesitas para llegar a mañana”, dijo Ernő Rubik

Aunque alcanzó popularidad como juego, el cubo Rubik se transformó en un objeto de culto en múltiples disciplinas: desde las matemáticas hasta la psicología cognitiva, desde el arte contemporáneo hasta la inteligencia artificial. Resolverlo implica mucho más que destreza manual; requiere pensamiento lógico, memoria espacial, estrategia y una notable dosis de paciencia.

Según los expertos en este juego, existen más de 43 trillones de combinaciones posibles —exactamente 43.252.003.274.489.856.000—, pero solo una solución, lo que lo convierte en un desafío tan simple en apariencia como complejo. Su diseño —una estructura cúbica de colores primarios, rotatoria y geométrica— lo elevó al rango de ícono visual del siglo XX. Fue incluido en películas (“En busca de la felicidad”, 2006; “Wall-E”, 2008; y Los Cazafantasmas II, 1989), incluso en videoclips, publicidades y en la serie The Big Bang Theory. Pero también fue objeto de investigaciones científicas y psicológicas. Su estética lo llevó a las salas de museos: el MoMA de Nueva York lo incluyó en su colección permanente como ejemplo de diseño funcional y belleza conceptual. La revista Time lo listó entre los juguetes más influyentes de todos los tiempos.

Hoy, a más de medio siglo de su invención, el cubo Rubik conserva intacto su atractivo y su vigencia. Se estima que se vendieron más de 400 millones de unidades en todo el mundo. Existen versiones accesibles para personas ciegas, variantes en distintos niveles de dificultad —del clásico 3×3 al desafiante 17×17— y adaptaciones digitales y virtuales.

También, se desarrollaron algoritmos optimizados por inteligencia artificial y robots capaces de resolverlo en fracciones de segundo: en 2023, un modelo robótico batió el récord mundial al hacerlo en 0.305 segundos.

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